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23,75 €EL OJO FISGON: En "Stet [vale lo tachado]", la editora británica Diana Athill comenta una anécdota que marcó su experiencia como editora de mesa. Según cuenta Athill, alguien que no sabía escribir y que parecía conocerlo todo sobre el descubrimiento de Tahití presentó a la editorial Allan Wingate un libro escrito tosca y laboriosamente æque de una vez por todas me enseñó la naturaleza de mi oficioÆ. En vista de que la persona a quien la editorial había contratado para editar el libro no hizo su trabajo ni siquiera a medias, Athill debió ocuparse de la edición del texto para que éste pudiera ser publicado. Tras reconocer que ænadie más que una editora joven y hambrienta se habría metido hasta el cuello en el manuscritoÆ, Athill explica el trabajo al que tuvo que enfrentarse y se refiere a la retroalimentación que recibió de parte del autor del libro una vez éste fue elogiosamente reseñado en un prestigioso suplemento literario: æDudo mucho que hubiese una sola frase -desde luego, no hubo un sólo párrafo- que no alterase y que a menudo tuviese que mecanografiar de nuevo, enviando los capítulos uno por uno al autor para recabar su visto bueno. Aunque era un cascarrabias por naturaleza, siempre nos lo dio. Disfruté con el trabajo. Fue como ir retirando capas sucesivas de papel de estraza arrugado para desenvolver un paquete de formas extrañas e ir revelando el regalo atractivo que en efecto contenía (de hecho, fue una tarea mucho más satisfactoria que los pequeños retoques que eran necesarios al editar a un escritor competente). Poco después de la publicación, el libro tuvo una reseña en el 'Times Literary Supplement': era un libro excelente, erudito, repleto de detalles fascinantes, y escrito además con elegancia. El autor no tardó en mandarme un recorte de la reseña con una nota: "Qué amable por su parte -pensé-, va a darme las gracias". Lo que decía la nota era esto otro: "Notará usted el comentario sobre el estilo, que confirma de hecho lo que siempre he pensado, y es que todo este jaleo nunca fue necesario". Cuando terminé de reírme, acepté el mensaje: el editor nunca ha de esperar que le den las gracias (a veces se las dan, pero siempre hay que considerarlas una propina). Hemos de recordar que sólo somos las comadronas. Si queremos que se elogie a la progenie, tendremos que dar a luz a nuestros propios hijosÆ.
Diana Athill nació en 1917 y estudió en Oxford. Ayudó a André Deutsch a lanzar y desarrollar la editorial que llevó su nombre, donde trabajó como editoria durante cerca de cuarenta años hasta que la editorial fue vendida en 1985. Es autora, también, de unas memorias, 'After a Funeral Make Believe', y de una novela, 'Don't Look at Me Like That'. En enero de 2009 fue galardonada con el premio Costa Biography por Somewhere Towards the End. Vive en Londres.
DIANA ATHILL, una de las grandes editoras inglesas, ayudó a dar forma a algunos de los títulos más brillantes de la generación de posguerra, como Jack Kerouac, Norman Mailer, V.S. Naipaul, Jean Rhys, Philip Roth o John Updike. Socia fundadora de la desaparecida editorial londinense Andre Deutsch Ltd., actuó con gran olfato y autocontrol, ganándose la lealtad, e incluso la amistad, de sus a menudo frágiles y quisquillosos autores. Es éste un libro de memorias, donde abundan las anécdotas, los sinsabores, las sorpresas, siempre desde el punto de vista de una mujer, de una "editora de mesa" como ella misma se define.