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28,50 €Por primera vez se reúne la «Obra completa» (1935-1977) de Blas de Otero. Este volumen unitario, de verso y prosa, acoge todos los libros que el poeta publicó en vida con otro póstumo, «Hojas de Madrid con La galerna, anticipado por esta misma editorial, y otros dos que dejó inéditos: «Poesía e Historia» (verso) y «Nuevas historias fingidas y verdaderas» (prosa). Una sucinta, y también inédita, «Historia (casi) de mi vida» rinde cuentas de obra y biografía. Un complemento de poemas inéditos y dispersos desde su primera juventud redondea la visión de la poesía oteriana, minuciosamente dispuesta por Sabina de la Cruz, su máxima estudiosa, que ha compulsado manuscritos e impresos para clarificar la obra de uno de los grandes poetas españoles del siglo xx. «Blas incita a un modo de estar o de ser, y engendra, mas nunca por la proximidad tribal de la persona, el raro vínculo de la fidelidad. Cayeron y caerán las mariposas deshojadas de las clasificaciones y las épocas. Blas es, él solo, una entera clasificación. Momento y época. Momento, nunca monumento. ¿Es Blas quizás el antimonumento? ¿Podría aguar con un brusco silencio la fiesta más solemne en su propia memoria, acaso un día declarada de interés nacional? Al fin, cuando ya haya pasado el tiempo falaz del abanico? y el muro blanco sea sólo blanco, Blas se hará más visible. Y así estará, sin pedestal ni altura, como fue y como es, como es difícil ser, secreto, verdadero, insobornable.» JOSE ANGEL VALENTEPor primera vez se reúne la «Obra completa» (1935-1977) de Blas de Otero. Este volumen unitario, de verso y prosa, acoge todos los libros que el poeta publicó en vida con otro póstumo, «Hojas de Madrid con La galerna, anticipado por esta misma editorial, y otros dos que dejó inéditos: «Poesía e Historia» (verso) y «Nuevas historias fingidas y verdaderas» (prosa). Una sucinta, y también inédita, «Historia (casi) de mi vida» rinde cuentas de obra y biografía. Un complemento de poemas inéditos y dispersos desde su primera juventud redondea la visión de la poesía oteriana, minuciosamente dispuesta por Sabina de la Cruz, su máxima estudiosa, que ha compulsado manuscritos e impresos para clarificar la obra de uno de los grandes poetas españoles del siglo xx. «Blas incita a un modo de estar o de ser, y engendra, mas nunca por la proximidad tribal de la persona, el raro vínculo de la fidelidad. Cayeron y caerán las mariposas deshojadas de las clasificaciones y las épocas. Blas es, él solo, una entera clasificación. Momento y época. Momento, nunca monumento. ¿Es Blas quizás el antimonumento? ¿Podría aguar con un brusco silencio la fiesta más solemne en su propia memoria, acaso un día declarada de interés nacional? Al fin, cuando ya haya pasado el tiempo falaz del abanico? y el muro blanco sea sólo blanco, Blas se hará más visible. Y así estará, sin pedestal ni altura, como fue y como es, como es difícil ser, secreto, verdadero, insobornable.» JOSE ANGEL VALENTECuando el 29 de junio de 1979 Blas de Otero, con sesenta y tres años, muere en Madrid, dejaba tras sí una imagen de poeta popular en sombría lucha contra la dictadura franquista. Esa es sin duda una de las caras de su vida y de su obra, cercada por la censura española de la época. Pero el poeta nacido en Bilbao en 1916 es, como todos los grandes escritores, hombre de una rica complejidad. Nada mejor para comprobarlo que la lectura de su último libro, «Hojas de Madrid con La galerna», coronación de toda su obra poética. El que se considera su primer libro, «Cántico espiritual» (1942), no deja de ser un breve cuaderno en el que ya se manifiesta la sabiduría formal que le acompañará siempre, más la inspiración religiosa que va a transformarse en la rebeldía de un poderoso libro de título gongorino: «Angel fieramente humano» (1950), cuya removedora calidad se confirma con otro libro paralelo e inmediato: «Redoble de conciencia» (1951). Los dos volúmenes van a conformar, desde sus sílabas primera y última, un título conjunto, «Ancia» (1958), que se enriquece con cuarenta y ocho poemas inéditos. La maestría del poeta vasco brilla tanto en el soneto como en el verso libre y en la prosa, pero su expresión concentrada y severa trae un acento nuevo, que populariza su nombre como el poeta de una época. Su compromiso histórico toma cuerpo en un título que es una declaración política: «Pido la paz y la palabra» (1955), como su deseo de aclarar posiciones palpita en otro libro-declaración: «En castellano». Prohibido éste por la censura, Pierre Seghers lo edita en París como «Parler laire» (1959), en edición bilingüe, y al año siguiente aparece bajo el sello de l