Descuento:
-5%Antes:
Despues:
28,41 €La gran novela del XIX español.
Leopoldo Alas, "ClarÃn", nació el 2 de Abril de 1852 en Zamora. Comenzó sus estudios en León, en el colegio de los Jesuitas. Su infancia transcurrió entre León y Guadalajara, y a los siete años llegó a Oviedo, ciudad en la que pasó gran parte de su vida. La revolución de septiembre de 1868 lo incentivó a dedicarse a la polÃtica, se interesó por las ideas republicanas que defenderÃa durante toda su vida. Se recibió de Licenciado en Derecho por la Universidad de Oviedo, y en 1871, se trasladó a Madrid, donde residió hasta 1882. Comenzó su carrera periodÃstica dándose a conocer como crÃtico literario y articulista. En abril de 1875 utilizó por primera vez el seudónimo que lo harÃa famoso, "ClarÃn", para firmar un artÃculo en el periódico «El solfeo». En 1883 regresó a Oviedo para ocupar la cátedra de Derecho Romano. Su obra más importante es la novela "La Regenta" (1885), aunque publicó otra novela: «Su único hijo» (1891). En 1885 publicó "Sermón perdido". En pleno realismo, en 1886 escribió su novela corta "Pipa" y entre sus cuentos se pueden citar "Doña Berta", "SupercherÃa" y "Cuervo"(1892), )," El señor y lo demás son cuentos" (1892); "¡Adiós Cordera!", "Dos Sabios" y "Zurita". En 1895 estrenó su única obra teatral, "Teresa".
La Regenta es la gran novela del XIX español. Las pasiones, odios, celos y obsesiones que despierta Ana Ozores en Vetusta - trasunto de Oviedo - sirve a "ClarÃn" para llevar a cabo una implacable radiografÃa de la burguesÃa española finisecular. En Vetusta, capital de provincia, Ana Ozores, se casa con el antiguo Regente de la Audiencia de la ciudad, VÃctor Quintanar, hombre bondadoso pero maniático y mucho mayor que ella. Viéndose sentimentalmente abandonada, Ana Ozores empieza a ser cortejada por el donjuán provinciano Alvaro MesÃa. Para completar el cÃrculo, el canónigo magistral D. FermÃn de Pas (confesor de Ana) también se enamora de la Regenta y se convierte en inconfesable rival de MesÃa. Un gran retablo de personajes secundarios, retratados por ClarÃn con inmisericorde ironÃa, completa el paisaje humano de la novela. Nuestra edición incorpora un extraordinario prólogo de Javier Pastor.