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5,93 €Cuando murió Gosso, el narrador de la aldea, los niños lloraron largamente, dice el cuento. Entre los débiles muros de las cabañas, durante horas y horas, Gosso les hab¡a transmitido, a través de la palabra, las maravillas históricas nacidas en la época en que el Esp¡ritu de la Tierra viv¡a entre los hombres.La leyenda era de todos, pero nadie sab¡a decirla como la voz de Gosso. Con él desapareció la memoria. Los animales ya no hablaban con las palabras de los hombres, ninguna muchacha volver¡a a nacer del huevo del avestruz, ni los pájaros dar¡an leche ni habr¡a árboles benefactores.Por eso lloraban los niños, porque, de pronto, hab¡an perdido la leyenda y la inocencia, esparcidas una vez por Gosso, al anochecer, en torno a la magia, en El C¡rculo de la Choza.