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5,65 €Todas las familias bien tienen una historia que contar.
Por suerte la mÃa es una de ellas.
«Siempre habÃa tenido ese pensamiento ?un poco marxista? de que todas las familias tienen una historia que merece la pena. Entonces empecé a fijarme y descubrà que habÃa gente realmente aburrida, absolutamente pobre, familias que habÃan nacido para la intrascendencia. Por suerte, ese no era mi caso.»
Eugenio MartÃnez de Orujo, patriarca de los MartÃnez de Orujo, «familia copiosa de la era dorada de los latifundistas venidos a menos», acaba de morir. Para disputarse su herencia deja una esposa y varios sobrinos y sobrinos nietos, hijos de los hijos de su hermana Demetria, una mujer de bandera de verdad, es decir, preconstitucional, como toda la gente bien. Entre todos ellos está Antoñito, el narrador de esta historia, que es de derechas porque, al ser hijo único y huérfano de padres, lleva mal lo de compartir. Y quien, de funeral en funeral, de fiesta en fiesta, de ParÃs a Madrid y de Madrid a Londres, perseguirá dos sueños: ser escritor de éxito y heredar la baronÃa de Romañá.
Patricio Alvargonzález, berlanguiano por compromiso, felliniano por gusto y alleniano por devoción, ha escrito una novela desopilante y ácida sobre los destitulados bastiones de la antigua aristocracia, en la que hay una guest star ineludible: Cayetano Sáenz de Betolaza, ese «cursi redomado que divierte a la gente bien con su cuenta de Instagram».
Quedan invitados al funeral de los MartÃnez de Orujo.
S.R.C. ¡No olviden el dress code: vestido largo, luto!
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