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18,05 €Jorge Wagensberg (Barcelona, 1948) es doctor en Física y profesor de Teoría de los Procesos Irreversibles en la Universidad de Barcelona. Además de investigar y divulgar ciencia, es un dinámico animador del debate de ideas, lo que le ha valido, entre otros, el Premio Nacional de Pensamiento y Cultura Científicos en Cataluña. Es director de la colección Metatemas, y responsable del Area de Ciencia y Medio Ambiente de la Obra Social de "la Caixa", después de haber dirigido Cosmocaixa, modelo y referente de los museos de la ciencia de todo el mundo. Es autor de una decena larga de libros y múltiples trabajos de investigación sobre termodinámica, matemáticas, biofísica, microbiología, paleontología, entomología, museología científica y filosofía de la ciencia, así como de numerosos artículos periodísticos. Tusquets Editores ha editado sus títulos ideas sobre la complejidad del mundo (Metatemas 9 y Fábula 205), ideas para la imaginación impura (Metatemas 54), si la naturaleza es la respuesta, ¿cuál era la pregunta? (Metatemas 75 y Fábula 274), la rebelión de las formas (Metatemas 84), a más cómo, menos por qué (Metatemas 92) y el gozo intelectual (Metatemas 97).
¿Cómo pueden enriquecerse mutuamente dos ámbitos a primera vista tan alejados como la ciencia y la literatura? La ciencia, asegura jorge wagensberg, aspira a la objetividad, y el científico debe prescindir de su yo (su identidad, sus emociones, sus preferencias), concentrarse en lo esencial y desterrar el error. A su vez, la mejor literatura gira en torno al ego del autor y sus vivencias; lo superfluo es en ella excusa para recrearse en el matiz, y el «error» literario suele convertirse en una intuición genial sobre la realidad. Así, la fecundación recíproca entre la comprensión científica y la literaria suscita interesantes preguntas: ¿y si la ciencia recuperase el yo y lo superfluo, y hallase alguna forma de indultar el error? ¿Y si los escritores olvidaran momentáneamente su subjetividad y contemplasen la naturaleza exterior con la máxima objetividad posible? Tal vez entonces alguna idea científica ilumine algún aspecto de la condición humana, o una anécdota personal dé pie a una intuición científica.
Tras describir el método científico y exponer el posible nuevo género de literatura científica, el autor nos brinda una gozosa puesta en práctica de la teoría: ciento ocho relatos de ciencia (hay en ellos una observación objetiva e inteligible de la realidad) y de literatura (el narrador y su circunstancia personal son omnipresentes). Son relatos irónicos, hilarantes, a veces angustiosos, pero siempre animados por el deseo de conjugar magistralmente comprensión y emoción.