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23,70 €La visión tradicional del último siglo de la República romana, deudora de la obra de contemporáneos como Salustio o Cicerón, es el de un periodo de caótica entropÃa, en el que polÃticos sin escrúpulos sumieron al Estado en una violenta espiral de autodestrucción. Múltiples fueron los retos que Roma hubo de afrontar, desde la rebelión de los aliados itálicos en pos de la ciudadanÃa al levantamiento de esclavos y campesinos empobrecidos que fue la revuelta de Espartaco, desde la amenaza del temible MitrÃdates a la invasión de cimbrios y teutones. Y todo ello enmarcado por continuas luchas fratricidas, desplazado el debate polÃtico de las instituciones al campo de batalla, trocada la oratoria por las espadas de un Mario, un Sila, un Pompeyo o un César.
Ante esta coyuntura atroz, ¿cómo pudo Roma evitar su desintegración? Josiah Osgood, profesor de la Universidad de Georgetown, desgrana el relato de ese tiempo axial para demostrar que fue entonces cuando se plantaron los cimientos del «Estado mundo» que serÃa el Imperio. Se desarrollaron nuevas ideas y prácticas polÃticas y de ciudadanÃa, la economÃa del Mediterráneo experimentó un florecimiento sin precedentes, y la propia ciudad de Roma, metrópoli con más de un millón de habitantes, se convirtió en un centro intelectual sin parangón. Osgood supera las viejas narrativas centradas en los conflictos polÃticos y amplÃa su lente a todo el Mediterráneo, para integrar aspectos culturales, sociales y económicos, en un relato apasionante, crónica de agilidad pasmosa y de calado intelectual profundo, que desafÃa las viejas concepciones para poner el acento en cómo Roma, siempre resiliente, fue capaz de superar el marasmo, aunque esto abocara a su transformación y al nacimiento del primer Estado mundo.