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15,11 €?Dónde estás?, le preguntó el Se?or a Adán. ?Qué tienes en tu mano?, le preguntó a Moisés.
?Acaso ignoraba Dios dónde se escond¡an Adán y Eva? ?Acaso no ve¡a que lo que ten¡a Moisés en la mano era un bastón?
En el Antiguo y Nuevo Testamento, Dios hace muchas preguntas. ?Por qué esta necesidad de interrogar? ?No son el Padre y el Hijo omniscientes?
En su anterior libro, Entrevista a Jesucristo, el autor abordaba las preguntas que muchos personajes le hicieron al Se?or. Ahora presenta la otra cara de la moneda: las preguntas que el propio Jesucristo hizo a diversas personas.
Cuando Dios hace preguntas, El ya sabe la respuesta. Si de todas formas plantea el interrogante, lo hace por nuestro bien, no porque necesite obtener información de la que carece. No son dudas suyas. Son necesidades nuestras.