Descompte:
-5%Abans:
Després:
38,00 €"Lo universal se abre, un poeta nacerá en el tiempo a su escritura, un libro que no es sólo un libro sino el momento donde la vida deja de pertenecer a un hombre, para ingresar en órdenes precisos que hacen que un largo poema de amor se extienda, entre planicies coloreadas, por las intensidades de geografías inventadas a grandes pinceladas. Poemas y colores, límites donde la métrica se ajusta a la palabra y el ritmo es el latido aconteciendo imágenes que se diluyen de a ratos, que se transforman en aguadas nubladas por el llanto, hasta alcanzar la voz con la tristeza. Nocturnos de amor, versos libres, versos atados a la tierra como cantos libertarios, cadenas apretadas, retorcidas, implacables. Aguas de la pasión, odas y llantos y así el poeta coloca una particular manera del exilio que toma forma de cuerpo de mujer, de poesía.
Un llanto entre los llantos y el lugar de una nostalgia como una belleza hecha a jirones, arrancada del tiempo y de la vida. Un hombre entregado a sus abismos transforma su consistencia y se hace cristal de agua y es un llorar de letras, cataratas de luz convertidas en versos, selva radiante multiplicando los amores, arrojadas a la vida y el tiempo sufre un desgarrón de ausencias.
Era el momento de nacer y el poeta estaba en este paroxismo del mundo abierto en flor para iniciar la espera, un vagido inicial, una pequeña música deteniendo los tiempos para que la poesía fuese la única presencia creadora, iniciadora de un vuelo que alcanzará el cenit después de atravesar todos los llantos hasta el llanto final.
Un libro de amor, un libro donde la vida se hace posible porque es posible escribirla y el poema surge poderoso desplegando un vuelo donde vida y poesía se juntan para resolver la imposibilidad del desencuentro.
Del mundo y para el mundo, una separación y su destino y llanto del nacer marca el inicio de un brindis como un derramamiento de esplendor y el mundo se convierte en una pequeña y bella flor que espera en medio de la selva.
En la vida, el segundo llanto, pasos de la acrobacia dados tercamente buscando lo que nos es dado hallar. Viajando locamente por calles imposibles hasta que la búsqueda se hace íntima y coloquial y llega la declaración de libertad, donde ya no quiere caer, ni busca cielos imposibles, ni pasos adelante que alivien el dolor, y así un sueño más, vivido con los grandes amores, es la invitación del alma.
El tratamiento del amor adquiere el ritmo de lo humano y lo paradojal le hace decir querer amar de país a país, de océano a montaña, poniendo en juego los extremos para intercambiar con cierta alevosía y hacer el amor hasta romper el equilibrio que le permite amar, así la vida y la muerte se besan en las flores que agonizan, quemadas, rotas por el mismo sol que les da vida.
Amor y odio se parecen, amor y odio se parecen, gritaba el condenado y se abrazaba y se dejaba caer sobre su cuerpo y la tristeza alcanzaba dimensiones bestiales, como la soledad requerida, de la entrega final.
La inmensidad torna canción y rompe en llanto, llanto de amor, llanto de furia, tonto llanto y la metamorfosis del animal herido, toma al destierro en la simpleza del aljibe al que le falta el agua y el llanto se endurece como esos viejos hierros oxidados. Óxido lloro, lágrimas rotas por el amor que no se agota, siempre una belleza oculta como su última lágrima, aquella que se guarda, que está dispuesto a darla todavía, como el saber del mundo en ese verso.
Llantos de océanos, llorar por nada y otra vez la inmensidad lo ubica en el centro mismo del agua, y al mismo tiempo en lo que no puede deshacerse, son cosas como hielo frente al sol, dice.
Juego de lo blando y lo rocoso, de un mar lejano que suspira porque las olas vuelvan a traer aquel beso, de aquel amor perdido.
Y otra vez lágrimas como piedras despeñadas, montaña caída sobre la belleza, seda perforada por las balas del tiempo y todas las texturas y todos los matices vuelven a juntarse y lo sólido y lo líquido vuelven a ser deslizamientos de la pluma, poesía.
El poeta vuelve al libro para decirse en su llanto, que ahora es un fuego que viene de la letra y va a la letra, un fuego, una pulsión, y el hombr