Mitad diario, mitad novela. Mitad drama, mitad comedia. Mitad precariedad, mitad esperanza. Mitad dolor, mitad amor. Así es La Vida a Medias: un fresco generacional, un relato urbano escrito por un personaje que, en la recta final de la treintena, sigue viéndose incapaz de acomodarse en una existencia plena.Su escritura es un testimonio de notas tomadas al vuelo, retazos de sus días en un ruinoso -y carísimo- piso de alquiler, como crónicas bajo un nubarrón de precariedad vital y particularmente amorosa, porque en La Vida a Medias es precario hasta el amor.Para escribir su libro -este libro- se sirve del sentido del humor, de sus pasos de flâneur, de su sufrimiento de amante desbordado, de las noches de fiesta -como si hubiera algo que celebrar-, de divertidos recuerdos de relaciones absurdas, de punzantes reflexiones sobre la ausencia de formalidad y honradez en España. La vida en Madrid es un abanico de fracasos que no consiguen derribar sus anhelos más íntimos, sino que más bien los alimentan: no hay otra salida que buscar el amor y la risa, el bienestar y el civismo, la estabilidad y el sosiego, algo que se parezca, aunque sea mínimamente, a los sueños que sus padres tuvieron para él.
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