No todos los hombres tienen el valor de enfrentarse a su destino. El sí lo tuvo. Durante el reinado de Alfonso II de Asturias, el incipiente reino cristiano de Oviedo, seriamente amenazado por una sucesión de despiadadas aceifas musulmanas, ve nacer a uno de los guerreros más excepcionales de toda la Reconquista. Entre los siglos VIII y IX discurre la existencia de Bernardo del Carpio, siempre a caballo entre los placeres de la Corte y las crueldades de la guerra, hasta que es informado de algo que dará un vuelco radical a su vida y cambiará por siempre su forma de entenderla. Será entonces cuando se dé cuenta de las muchas andanzas que el destino le tenía reservadas, andanzas que comenzarán con su destierro y que leá llevarán a l